martes, 16 de octubre de 2012

De Atanael y Sindara Capitulo IV

La Danza del Acero



Oscuros nubarrones se formaron sobre el bosque de Anthoras, el sol se ocultaba al poniente y el viento soplaba azotando los arboles, una tormenta se acercaba y los rayos resplandecían en el oriente.
De pronto un gran destello purpúreo recorrió el cielo y un trueno invadió la tierra, en el bosque algo se movía entre los arbustos, avanzaba a paso constante y ruidoso, las ramas crujían a su paso como si nada pudiese detenerlo, los mismos troncos de aquellos arboles milenarios parecieron hacerse a un lado abriendo paso a lo que fuera que atravesaba el bosque.

La tormenta había alcanzado la aldea de Anthoras y grandes gotas comenzaron a caer sobre las hierbas y la tierra seca, una leve neblina de polvo se levantaba mientras la lluvia mojaba la arcilla convirtiéndola en un espeso lodo.
Atanael despertó al sentir la lluvia cayendo en su rostro, estaba empapado y ríos de lodo corrían a sus costados, se miró el pecho, no había señales del medallón ni cicatriz alguna que acusara la aterradora experiencia que había sufrido. Buscó entre los ríos de lodo que corrían furiosos, pero no pudo encontrar nada, se levantó y corrió desesperado buscando aquel medallón.

-La lluvia se lo habrá llevado, pensó desesperado, corrió siguiendo los numerosos riachuelos, pero no encontró nada.

La lluvia se tornaba cada vez mas fuerte y era casi imposible buscar. Corrió rumbo al camino y alcanzó a ver aquel destello purpúreo en el cielo. Un dolor seco se le clavó en el pecho y cayó al suelo, volvió a mirarse bajo la camisola y reconoció perfectamente bajo la carne, el aro brillante del medallón y el emblema de su familia brillando bajo su piel, soltó un grito aterrador al darse cuenta que el medallón estaba dentro de su pecho, se oprimió la piel y sintió perfectamente el volumen del metal bajo la piel.

Tan pronto como el destello se desvaneció en el horizonte también lo hizo el brillo del medallón hasta que dejó de verse bajo la carne, se tocó de nuevo la piel…pudo sentirlo ahí dentro.
Una desesperación horrible lo invadió y corrió desorientado tropezando y cayendo sobre los enormes charcos que había a un lado del camino. De tropezón en tropezón volvió a ahogarse de terror, un llanto amargo y desesperado desgarraba su garganta y sus lagrimas se perdían entre la lluvia, se tendió en cuatro luces llorando y vomitando.
La lluvia no paraba y transcurrió un largo rato hasta que el cansancio le impidió seguir llorando, su estómago se había vaciado y las contracciones lo habían dejado exhausto, tomó aire y trató de tranquilizarse, alzó la cabeza, a lo lejos, las lamparas de la aldea ya estaban encendidas, tomó fuerzas y se puso de pié, poco a poco y con mucho esfuerzo comenzó a caminar. Paso a paso el terror se disipaba, caminaba con la cabeza baja, revisando su pecho en todo momento, no podía creerlo.

 -¿que extraña brujería era esto? Una y otra vez pasaba los dedos sobre el medallón, lo sentía perfectamente, se había adherido a sus entrañas.


Un ruido seco entre el sonido de la lluvia atrajo su atención en dirección de los arboles en el lindero del bosque, algo se movía ahí dentro, un árbol enorme se tambaleó y el siguiente también, describiendo la trayectoria de un andar terrible, entre las sombras distinguió perfectamente unos ojos que brillaron con la intensidad del fuego.
El movimiento cesó y aquella criatura se quedó inmóvil entre las sombras del bosque, un escalofrío agudo recorrió la espalda de Atanel pero no sintió miedo, una extraña empatía en esa mirada lo atrajo, dio un paso en dirección al bosque, un paso mas, aquellos ojos se volvieron cada vez mas claros y entre la penumbra del bosque una silueta comenzó a aclararse, avanzaba lentamente acercándose cada vez mas a Atanael. 
Cuando se encontraba en la orilla del bosque un poco de luz permitió adivinar una figura ataviada en armadura de cuero, tras el lodo y algunas hojas se apreciaba un rostro pálido.
Atanael se dispuso a acercarse mas cuando por detrás de él una mano firme lo tomó por el brazo, ¡el muchacho volteó rápidamente y dio un grito! 
Se encontró con la mirada bicolor de su padre que ardiendo en rabia le gritaba

-¡Donde haz estado! te hemos buscado todo el día, ¿por que no te presentaste en la fragua?

Atanael volvió la mirada al bosque, la figura había desaparecido.

-Pero…¡padre! yo solo estaba…

-¡Nada de eso! Ahora mismo regresarás y tendrás que reponer el tiempo que gastaste holgazaneando.

Casi a rastras, Tandras llevó al muchacho de vuelta a la aldea.

El día siguiente Atanael fue encomendado a realizar varias tareas, tendría que trabajar tiempo extra para pagar el día de ausencia.
Aún no acababa de comprender lo que había sucedido, constantemente se tocaba el pecho delineando el medallón que se había fundido en el.
Continuó trabajando en aquella reja para el carnicero, la imagen de aquellos ojos regresó a su mente:

-¡Una mirada que quemaba! pensó Atanael mientras golpeaba hábilmente el metal sobre un viejo yunque. 

Le pareció extraño, el metal parecía adivinar la intensión del muchacho y se mostraba maleable y dócil como arcilla, continuó trabajando con entusiasmo, encantado de la facilidad con la que las barras de metal caliente cobraban forma, una a una las barras de la reja se torcían bajo el martillo del joven herrero, un extraño frenesí lo invadió, parecía no darse cuenta de lo que ocurría mientras trabajaba.
Tomaba una barra y al comenzarla a golpear, esta se calentaba por si sola hasta alcanzar el rojo vivo, el metal parecía cantar bajo el rítmico golpe del martillo, aquella hermosa música rebotaba por los altos techos de la fragua e invadía todo el viejo edificio. El sudor chorreaba por el rostro de Atanael sin darse cuenta que el metal se calentaba y adquiría forma casi por si solo. 
En el cubículo contiguo trabajaba un oficial herrero llamado Mäko un diestro Fiöna que había hecho renombre por su mal humor, la música que componía Atanael en su yunque había invadido completamente el lugar y Mäko, también sin darse cuenta y a pesar de su acostumbrado mal humor golpeaba con alegría el metal que comenzó a tomar la forma de una espada contagiado de aquella extraña pasión. 
Uno a uno, todos los herreros del taller fueron cayendo presa del frenesí laboral que poseía a Atanael, trabajaban sin darse cuenta sobre el metal que se calentaba solo y bailaba sobre los yunques y las mesas de trabajo, una especie de hipnosis colectiva tomó posesión de todos aquellos que se encontraban dentro de la fragua.
La imagen del industrioso taller era impresionante, los usuales chasquidos cacofónicos de la fragua eran ahora una sinfonía de timbales, címbalos y crótalos. Los ayudantes corrían, yendo y viniendo de las bodegas con el metal en placa o en barra, materia prima que colocaban hipnóticos sobre los lugares de trabajo mientras los oficiales y maestros trabajaban en mil y un productos donde el metal, calentándose por si solo bailaba resplandeciendo con su característico color anaranjado brillante, herramientas subían y bajaban de los estantes, el vapor de los cuencos de agua se levantaba cuando se sumergía el metal caliente hasta que una bruma se formó en el interior de la fragua, de vez en cuando un grito de regocijo se dejaba oír entre el bullicio.

Un aterrado grito detuvo la hermosa danza del acero, en el umbral de la puerta principal de la fragua se encontraba Tandras, su rostro delataba la exaltada impresión que aquella visión le había provocado, todo quedó en silencio y el brillo de los metales se extinguió al enfriarse.
Tandrás caminó por la fragua en grandes zancadas hasta llegar junto a su hijo, miraba fijamente el pecho del muchacho, bajo la camisola empapada de sudor se fugaba el cobrizo brillo del medallón, Atanael se cubrió el pecho con una mano y el brillo desapareció.



ARQUITECTURA FIÖNICA

Durante varios años he tratado de plasmar en ilustraciones las hermosas imágenes de los territorios que habitan los Fiönas.
Aquí les dejo algunos bosquejos de La Fragua de Tandras, el hermoso edificio donde trabajaba Atanael, como se describe en la historia, se trata de un edificio de dimensiones enormes, aún no he terminado ninguna de las imágenes pero traté de plasmar la naturaleza del edificio.



Esta es el intento de una perspectiva exterior de la fragua, tuve a mal echarla a perder al tratar de ilustrar las tejas, prometo volverla a hacer para que les quede mas clara la idea.



Otra perspectiva exterior donde se aprecia la geometría del edificio, se trata de una intersección de 5 naves en un hermoso crucero con una cúpula que aloja la fragua principal, aquí puede apreciarse el oculo en el acceso principal con el símbolo de la familia de Atanael.



El alzado principal del edificio, con las naves ojivales de cañón donde se alojan los cubiculos de los herreros.



Una sección transversal del edificio, aquí puede apreciarse la bóveda trunca sobre la gran fragua es por el orificio superior donde se desfoga el humo que despide la fragua.



Una planta de conjunto con los remates de la bóveda, la chimenea superior y las cinco naves ojivales.



La planta del edificio, montado sobre un pedestal de mas de 4 metros de alto que aloja las bodegas, en la segunda planta donde están la fragua al centro y las naves con cubiculos de trabajo para el taller dispuestos en una planta pentagonal, la geometría que honra la memoria de la Diosa Danül.

3 comentarios:

  1. ¡wow! de verdad no sé que me impresiona más, si la historia, que cada vez deja ver más hilos de una trama apasionante o las hermosas ilustraciones que has hecho de este mundo mágico ... dream brother me quito el sombrero ante el inmenso talento que posees para dejarnos ver este mundo a través de tus ojos y adentrarnos por completo a través de tus palabras.
    el relato en si es maravilloso y no puedo esperar para ver que pasa, cada vez que leo tu historia casi me siento al lado de Atanael viviendo sus aventuras ... excelente trabajo!!!!!! :D

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  2. Cada día me que queda más claro que eres un escritor formidable. Me encanta tu manera de contar historias, Incluso me resulta fácil imaginar que te escucho leyendo esta historia en voz alta (ya me también adoro tus video-cuentos).

    Me encanta esta historia llena de misterio y de sentimiento y me gusta mucho como se entremezclas los lazos de la historia de Atanael, haciendo que quede perfecta. Lastima que no viva en tu País, pues para mi sería un honor recibir lecciones de escritura de un gran maestro como tu.

    Felicidades y gracias por mostrarnos tu talento. :)

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    Respuestas
    1. Rocío:
      Mas de 10,000 km existen entre México y España, imagina la alegría que me regalas cuando estando tan lejos y perteneciendo a realidades tan distantes, me regalas la oportunidad de compartir otras realidades donde de alguna manera esos 10,000 km desaparecen y vienes a sentarte junto a mi para escuchar mis historias.
      Honro tu interes y el tiempo que inviertes, pero lo que mas me honra de todo esto es que uses el termino "Sentimiento" en la descripción de mi trabajo, ¿sabes por que? ¡por que de eso se trata! Por que es la única manera que tengo para plasmar las reacciones que me provoca la vida y el hecho de que algo hayas podido captar me llena de satisfacción.

      Es curioso, aunque solo te conozco a través de tu trabajo, tu carácter y tu personalidad son parecidas a las de un personaje de una novela que escribí, su nombre es "El hacedor de Música" y aunque la aparente definición es la de un músico, lo bautice así por que lo que hace es mas profundo, se trata de un hechicero, que para la historia aparece un poco loco (no te ofendas) al final de la novela aparece como uno de los pocos personajes que realmente entienden las cosas como son.
      Es un tipo muy peculiar, vive en un castillo con un estilo bastante raro, tiene 4 brazos con los que puede ejecutar muchos instrumentos y así componer música que provoca reacciones increíbles en la audiencia.

      Viste una túnica muy peculiar y tiene tatuado el rostro, durante el desarrollo de la historia se descubre que, aunque todos imaginaban que era un varón, pues vestido en túnicas y con capucha no es posible adivinar su género, resulta ser una mujer.
      Tu eres como el Hacedor de Música tomas los elementos del mundo y los compones en extraños y complicados instrumentos con los que eres capaz de conmover hasta al mas duro de los Trasgos. (Después digitalizaré la ilustración del personaje y te la enviaré)

      Tus palabras me llenan de alegría y esperanza, ¡muchas gracias!


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Provengo de una familia donde la épica y la fantasía se mezclan con la realidad, crecí escuchando histórias fantasticas de mi abuelo en las profundidades de la Huasteca, mas adelante me cautivaron toda clase de libros con historias de tierras lejanas y personajes asombrosos, comencé a escribir desde los 9 años, durante la adolescencia me entregué a la literatura épica y fantástica y de alguna manera mi vida se contagió y las histórias comenzaron a suceder delante de mis ojos. Al convertirme en padre y tener la oportunidad de contar cuentos e histórias estalló dentro de mí una fascinación por crear, ilustrar y musicalizar cuanta história brotaba de mi cabeza o la de mis hijos, el día de hoy me doy cuenta de que mi propia vida es el mejor lugar de donde sacar historias y gozo profundamente al plasmarla en alegorías con imágenes, textos y musica.